Son muchos los motivos que nos pueden llevar a tener que realizar una cirugía en la cabeza, una intervención de estas características siempre deja una cicatriz más o menos visible.
Así como los accidentes o heridas profundas en el cuero cabelludo, nos pueden dejar una cicatriz perenne. En estos casos un implante capilar puede ser una excelente solución para cubrir este tipo de cicatrices. Aunque cada tipo de cicatriz es distinta y debe ser valorada de forma individual por parte de los especialistas de la Clínica a la que acudas, la técnica que se emplea en estos casos es similar a la del resto de implantes capilares, o sea, injertan el pelo del propio paciente procedente de la zona donante a la zona que presenta la falta de cabello.
Sin embargo cuando se trata de cubrir cicatrices con pelo hay que tener en cuenta otras consideraciones, la más importante es la localización de la cicatriz y su tamaño, también valorar el nivel de la elasticidad de la piel y la vascularizacion de la zona receptora del trasplante. También hay que tener en cuenta que en el caso de realizar un microinjerto para cubrir una cicatriz, se suele necesitar más sesiones que en otro tipo de injerto capilar.
El posoperatorio de esta intervención también es similar a las realizadas en otro tipo de zonas, se hace con anestesia local y las pautas de cuidados son prácticamente las mismas, evitando luz solar, esfuerzos físicos, tapar la zona con casco, etc.
Es importante y hay que tener en cuenta, que aunque se puedan cubrir las cicatrices presentes en la cabeza desde la infancia, no se recomienda hacer un implante capilar en los niños ya que hay que esperar a que hayan finalizado el ciclo de crecimiento y desarrollo hasta la adultez.
01/06/2020